SOBRE LA ENSEÑANZA DE LA ARQUITECTURA DESDE UN PUNTO DE VISTA POETICO:
Fernando Jaramillo P. / Arquitecto Universidad Católica de Valparaíso.
Primero que nada quisiera agradecer a Mario y a Luis, que hallan tenido la humildad, el cariño hacia mi, que es el mismo cariño que yo tengo hacia ellos y hacia todos mis alumnos, por esta visita y hacerme esta pregunta.
Yo quisiera declarar un hecho: hoy 11 de septiembre del 2008, tengo dos escritos delante de mi. Uno habla respecto del taller y otro sobre la enseñanza de la arquitectura. Creo ambos van ligados a la pregunta que ustedes me vienen a formular.
Pudiese ser que lo que se hable aquí sea en relación directa o indirecta a estos dos escritos, por tanto intentaré suspender estos dos textos y talvez hablar a partir de ellos. No sé cual es la forma pero si sé que son precisos, abiertos e inconclusos, por tanto partiremos declarando que los he realizado en estos 20 años como profesor.
Mi vida ha sido…
Mi nombre es Fernando Jaramillo Pereira, tengo 47 años. Mi vida se desarrolla en Viña del Mar, junto al mundo de la playa, el mar y el deporte. Hay un paso importante en mi vida que es el paso al mundo universitario, estudiando en la Universidad Católica de Valparaíso.
Formarme en la Católica de Valparaíso para mi fue un regalo, regalo en cuanto supe valorar el paso grandioso, paso que amplió mi horizonte de haberme encontrado ante un universo. Y universo es preguntarse por las cosas que acontecen en el mundo. Universidad uno podría pensar que es el universo.
Yo tenía una gran vocación por estudiar la arquitectura, sin saber lo que era la arquitectura…y descubro una escuela con un grupo de profesores entregados en un 100% por vocación a la docencia y a preguntarse: ¿Qué es la arquitectura?
Me siento agradecido de los profesores que fundaran esta escuela de arquitectura fundada en muchos oficios, llámese arquitectura, poesía, escultura y pintura. Es en esta relación donde yo he sido educado.
Esta escuela se funda en la relación de estos oficios, y me formo en esta multiplicidad de disciplinas, en este destello de oficios. Yo pertenezco y me siento discípulo de esta escuela de arquitectura. Uno podría preguntarse de donde proviene mi docencia. Y la hago desde la vocación de haber visto a estos profesores felices, entregados a ella.
Cuando comencé a hacer docencia encontraba ridículo, bonito, bello que se me pagara por lo que hacia. ¡Pensaba que yo debería pagar por hacer lo que estaba haciendo, osea hacer clases para mi era donde mi vocación brillaba! Y era con verdad.
Yo no separo la vocación de docente con la vocación de arquitecto, es una unidad, es un cuerpo. Hay que trabajar lentamente de lunes a domingo en esta vocación, en este regalo recibido… es una bella cruz que llevo a cuesta, cruz dada por dios, que es un don, es una gracia.
Taller
Para mi el taller es la construcción de una obra en donde todos participamos por igual, profesor y alumno. Y todos estamos en búsqueda de una materia. Yo lo que más pido en la docencia es que se haga con cariño, con dedicación y con entrega. No importa que el alumno no entienda en que estamos, el taller en su propia construcción le dirá al alumno en que estamos y hacia donde vamos, y se ira mostrando el
camino que se hace de clase en clase, de semestre en semestre y de año en año. Por lo tanto es una construcción.
El que estemos reunidos con ustedes después de 6 años de haber sido profesor y alumno, muestra y demuestra que lo que digo es verdad, que hay una alegría mutua de juntarse y hablar de estos temas, estos temas tan delicados y preguntarse sobre la enseñanza de la arquitectura.
Como desde la enseñanza se llega al fondo de un alma y más tarde esa alma, que es de un alumno intentara y hará posible una obra. Más que pedirle a un alumno que sea inteligente o sea capaz, se le pide que abra su alma a este universo de la arquitectura… En estos 20 años ¿cuantas almas uno ha tocado y cuantas almas lo han tocado a uno?… yo me siento agradecido, me ha servido para preguntarme ¿Qué es una escuela de arquitectura?.
Creo que en Chile no hay escuelas de arquitectura, debe ser porque tengo una medida muy alta, de haber visto una escuela como la de Valparaíso, donde los profesores se preguntan día a día ¿Qué es la arquitectura?, Yo he heredado ese ritmo, me pregunto ahora y aquí: ¿Qué es la arquitectura?, los alumnos piensan que uno sabe la respuesta…
Alberto Cruz – el primer día de clases – nos dice en un taller abierto, que arquitectos de esta escuela han salido uno o dos, no más. Ante esta declaración, me vino un temblor interno que fue decir: – bueno, tendré que trabajar muy duro para darme la posibilidad de ser tal vez otro arquitecto de esta escuela… por eso mi trabajo como alumno fue muy fuerte, con mucha entrega, no tuve más de dos días de descanso. En vacaciones nos juntábamos con los alumnos a proseguir este camino abierto por la escuela.
Guardo con mucho cariño, recordar a Alberto Cruz Arquitecto, Godofredo Iommi Poeta, a Francisco Méndez Pintor, Claudio de Girola Escultor, a mi querido y recordado Arquitecto Fabio Cruz, a Tuto Baeza y José Vial fallecido también, los llevo muy presentes en mi quehacer diario, ellos me han dado vida, me han dado la posibilidad de volver a nacer.
Es bonito pensar que uno ha vuelto a nacer por un regalo, y lo tomo con mucho agradecimiento, por eso hasta hoy tengo mucho vínculo con esta escuela.
Ciudad abierta es parte de la escuela de arquitectura, son terrenos donde los profesores hacen clases en la mañana y en la tarde se hacen unas construcciones en conjunto con los alumnos a partir de un acto poético. Podríamos decir que estoy contestando la pregunta que se me esta formulando. Quisiera hablar de ellos, aunque yo no soy poeta, soy arquitecto.
Si uno va por la ciudad caminando y descubre algo, le saca el velo y lo anota, hace un croquis, esto es una construcción y esa palabra a uno lo va guiando en su quehacer, de observaciones, de proposición y construcción de la obra.
Esta palabra cala y uno la sigue hasta el final, hasta como poner los clavos en la obra o como se ubican los ladrillos en una cierta forma.
Quisiera reparar en algo que para mi es de importancia: yo he hecho clases en muchas universidades que son facultades de arquitectura…yo estudie en una escuela, no en una facultad, así cuando yo llegaba a estas facultades me daba cuenta que no eran escuelas, porque no había una estructura que ligara un taller de otro.
A mí me gusta ubicarme abajo, en primer año porque el alumno viene con pocas cosas, sabe poco de todo, viene del colegio al paso de lo universal, lo universitario.
Me preguntaba entonces como debía enseñar arquitectura en una facultad que no es escuela… que no tiene un eslabón, no había un camino cuidado… yo quería humildemente hacer este invento: en un año construir a un alumno como si hubieran pasado seis años. ¡Cuando me lo propuse era una cosa de locos!, tenia que darles una estructura mental para que ellos soportaran los otros cinco años. Un escudo y una espada, para poder llevar los 6 años, porque los profesores que podían venir no iban a tener este cuidado…esta ruta.
En primer año se enseña al alumno a observar, bueno esto esta en los escritos, los que pueden ser mas precisos… ¿que es la observación?; la observación es mirar, mirar de un cierto modo… mirar es distinto a observar, pero casi todos podemos ver, los niños chicos miran y observan también De hecho muchas cosas bonitas en las que he reparado me las han dicho mis hijos.
Por ejemplo hace tiempo participé en un concurso en Quinta Normal para unas piscinas públicas. Mi hijo me decía: “que bonita esta piscina porque uno puede caminar”. Esta piscina tenia una sola profundidad, así uno podía caminar… era una piscina de 120 metros de largo. Fue bonito hacer el proyecto, pues nació de una observación.
Y observar.
Observar es suspender por un momento el intelecto para estar a solas con lo que esta adelante. Es descubrir algo que estaba cubierto, la observación deja desnudo algo y uno desnudo comienza a dibujarlo. Al dibujar aparece una palabra que va indicando como se va atrapando este espacio que se esta dibujando… es una construcción, la palabra se ha juntado al croquis. Que enormidad se tiene delante de uno , saber que cada alumno es único y lo que dicen nunca mas será dicho en la historia del mundo, y uno tiene que recoger eso único que cada uno esta diciendo, sean 30, 40 o ¡150 alumnos!
A los alumnos se le dan tareas muy sencillas: ir a ver como la gente se sienta en una plaza, en una playa, en los interiores o exteriores, con estas observaciones se hace fundamento. Lo que el alumno hace es lo que en la proposición ha dicho que va a hacer. Lo que ha dicho es lo que lo condena en su propia libertad a hacer lo que el ha dicho q va a hacer… El alumno debe ser fiel a lo que ha declarado.
Creo que la enseñanza es lo mismo para un primer año que para un sexto. Las universidades le piden a uno que haga cosas más grandes, cosa que ami no me parece, edificios o colegios… yo sé que lo grande no es lo grande… el tamaño es otra cosa: un espacio 2×2 puede ser mas grande que un edificio. Los alumnos en el taller hacen proyectos chicos, donde se incluya algo de programa; una vereda, un espacio interior, exterior, algo pequeño, porque la experiencia es la misma.
La clase es una construcción; básicamente uno guía al alumno en lo que dice.
Yo jamás he metido mano en un proyecto, solamente guío. los escritos dicen: “la arquitectura es desde a un hacia, desde una observación hacia un hacer, para obrar luego con fundamento que es guía, guía en cuanto hay fidelidad…”, a eso llamo “Santidad de la Obra”
El “hacer” es guiado por la observación, no por estilos, no por formalismos, la arquitectura no tiene nada que ver con el formalismo, la arquitectura es a partir de los actos que realiza el hombre sobre la tierra. Sobre la tierra el hombre habita en actos…el comer es una actividad, el acto es como yo como, acto es distinto a actividad.
Por ejemplo acá en occidente comemos sobre una mesa, luego la comida nos queda junto a las manos. En Japón no existe la mesa, existe suelo que se hace mesa, luego los pies están junto a las manos, porque le suelo se ha hecho mesa… las manos y los pies quedan reunidos y acá los pies quedan bajo una mesa. Esas cosas se llevan a un taller, porque la arquitectura no es más que esto.
Godofredo Iommi, querido amigo, decía algo que decía Rimbaud (1), o lo decía él, o lo hizo de él. “Mientras más distantes estén las palabras entre sí, mayor es el esplendor de la poesía”. En la observación uno reúne cosas distantes, uno puede reunir una nube que va pasando, con un brillo de un zapato y un pájaro posado sobre un árbol… una observación reúne estas cosas y de aquí podría surgir una ciudad, un paseo o… lo que surja.
Si uno recorre la ciudad, todo es igual y que raro es que sea todo igual si cada uno de nosotros es único, ¿Por qué las facultades de arquitectura no cuidan esto único?, para hacer una ciudad múltiple. Valparaíso es una ciudad múltiple, cada habitante hace su casa y se ubica con respecto con lo que quiere, con respecto a la puesta de sol, los barcos que salen…
“Que raro que la enseñanza de la arquitectura haga que los arquitectos hagan lo mismo, no por juzgar, se extraña esto de ser único, que los arquitectos hagan lo propio y no lo impropio. Y que raro que el hombre quiera hacer lo impropio en su quehacer más íntimo, que se hagan estilos… la arquitectura es sin estilos. Que raro que una casa sea igual a la otra si las familias son distintas y los dos arquitectos son distintos… que raro”.
Luego de una detención.
He pensado durante esta detención, ¿De que he estado hablando todo este rato?… si uno lo escuchara podría armar una figura de lo que he hablado… como si esto tuviera una cierta forma… porque no nos hemos puesto de acuerdo en nada.
Estoy agradecido que ustedes estén presentes acá, porque esta semilla que se sembró en ustedes hace ya 6 años cuando fueron alumnos míos, esta floreciendo. Agradezco que estemos reunidos en torno a una mesa, a unas carpetas, hablando delante de ustedes, pero a solas conmigo mismo.
Me gustaría entregar estos dos escritos, uno que habla respecto del taller y otro que habla sobre la enseñanza de la arquitectura. Los he ido desglosando como quien le saca pétalos a una flor y la va desnudando por frases, por palabras. Me he ido preguntando: ¿Qué he querido decir acá?… si surge una pregunta que surja.
Ya no hay más libros ni videos que revisar
Dos: Hemos visto los libros de cada uno de los talleres y unos videos, porque cada taller que se ha realizado tiene un cuerpo que es una carpeta de 40×40 con el registro de cada alumno del taller con sus laminas finales y fotografías.
Uno: Vimos unos videos de la construcción de unos paseos a escala 1:1 en Talca, lo bonito era que en estos paseos por su escala uno podía verificar lo que cada alumno construía.
… Y cero: Me alegro que le hallan entregado el premio nacional de Arquitectura a Cristian Valdés. Primero; porque es Arquitecto y segundo, porque le da una esperanza a los jóvenes… ya que no se requiere que un arquitecto haya hecho muchas obras ni una gran infraestructura. Lo ideal es hacer pocas obras, pero con profundidad, con cariño, con plenitud.
Se requiere un taller mínimo, chico, mísero, lo que importa es tener un “cuerpo de arquitecto”.
Que el premio halla sido entregado a Cristian Valdés me parece importante, porque abre una esperanza a los jóvenes de que el camino se va construyendo de a poco y sin mayor fachada de oficina, de grandes metros cuadrados construidos, al revés, escasos metros…esta es la esperanza para los jóvenes.
Agradezco finalmente a mis profesores que me dieron libertad, y un gran cariño a cada uno de ellos, y gracias a ustedes, Mario y Luis por la posibilidad de reunirnos a reobservar y reencontrarnos de otra manera en el encargo que me han pedido hoy. Iniciamos esto hoy a las 11:30 de la mañana y ya son las 4:17 de la tarde… muchas gracias.
– Puedes ver videos de la entre-vistas en nuestra plataforma Youtube: www.youtube.com/user/metapoli
Luis Rolando Rojas / Mario Herrera García