Dos universitarios mexicanos han inventado un hormigón que es un 30% más ligero que el tradicional, permite el paso de hasta el 80% de la luz y presenta las mismas condiciones de dureza y resistencia a terremotos que el tradicional. Los fabricantes calculan que comenzará a venderse en todo el mundo en menos de dos años.
Sus especiales características se deben a un ingrediente secreto que se añade a la mezcla de grava, cemento y arena con la que se fabrica el hormigón tradicional, sin necesitar ninguna maquinaria especial. El hormigón, conocido como concreto en América Latina, es un material que forma parte de la estructura de casi todos los edificios.
El hormigón translúcido se vende en México desde el año 2005, cuando dos estudiantes de ingeniería civil de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), desarrollaron su fórmula y fundaron una empresa para fabricarlo.
De momento las ventas han sido muy lentas, debido, según sus inventores, a que dedican todo su tiempo a patentar la fórmula en varios países y a realizar nuevas pruebas.
Pese a que las características de este hormigón permitirían utilizarlo para construir edificios, su alto precio (3 veces mayor que el del tradicional), hace que la empresa que lo fabrica oferte especialmente placas de hormigón con grava de colores vistosos, fáciles de transportar, para colocar en techos y paredes.
De hecho, ya han elaborado una pieza para un helipuerto, la fachada de un edificio en el estado de Querétaro y tienen en marcha un proyecto para el Museo Universitario de Arte Contemporáneo en Ciudad de México.