Desde el norte de Europa a España. La prefabricación llega a España para quedarse


La prefabricación es un sistema constructivo, típico de países del norte de Europa como Dinamarca, Finlandia o Alemania, poco usado todavía en España pero que año tras año va ganando adeptos. Los expertos no dudan en afirmar que este va a ser, sin duda alguna, el futuro de la construcción debido a sus múltiples ventajas. Dentro de España, la comunidad pionera en la aplicación de la prefabricación como sistema constructivo es Cataluña y más concretamente su administración pública que ha visto en la prefabricación una buena oportunidad para construir en breves periodos de tiempo viviendas sociales y escuelas principalmente. Este modelo se está exportando ahora al conjunto de España.

Como en todos los inicios, las cosas no son fáciles para los profesionales del sector que quieren lanzarse a aplicar este tipo de construcción. Teresa Batlle, arquitecta socia del estudio barcelonés Pich Aguilera, explica que “el prefabricado o industrializado, como se dice en el sector, es una tendencia más bien reciente en España y por lo tanto no tiene sistemas homologados lo que dificulta nuestro trabajo en el momento de justificar el proyecto ante el Código Técnico de la Edificación (CTE). No es que no se pueda, el problema es que hay que detallar exhaustivamente todos los elementos para justificarlos ante el CTE lo que es laborioso y complicado para una persona que no este familiarizada a ello”.

Por el momento, en España la prefabricación resulta ligeramente más cara que la construcción de obra, la de toda la vida, aunque eso depende también de los materiales y la calidad de la construcción. Según Batlle, esto se debe a que “todavía hay pocas empresas que se dedican a ello, aunque las pocas que hay son muy buenas. El problema es que hay más demanda que oferta lo que empuja los precios al alza”. La industria española de la prefabricación está actualmente en pleno crecimiento y a medida que el mercado se vaya consolidando los precios se abaratarán y como ya sucede en Finlandia, Alemania o Dinamarca este tipo de construcciones acabarán siendo más económicas que las convencionales. Además, “mientras los costes de la construcción tradicional van siempre en aumento, la tendencia de los procesos industrializados es la de mejorar en tecnología para abaratar el proceso”, afirma la arquitecta de Pich Aguilera.

Hoy por hoy, Batlle calcula que construir una vivienda prefabricada de 150 metros cuadrados, por poner un ejemplo, implica un sobrecoste de un 10% aproximadamente. En total el metro cuadrado saldría a unos 1.600 euros.

Ventajas del sistema constructivo

A pesar de todo, la prefabricación es una gran opción a tener en cuenta. Sus ventajas son múltiples empezando por el menor tiempo de construcción, la reducción de riesgos laborales, una mejor calidad, más respeto hacia el medio ambiente… Pero vayamos por pasos.

En la prefabricación, la mayor parte del trabajo se realiza en fábrica, es decir, mediante un proceso industrial. En la ubicación de la vivienda, edificio o equipamiento, el único trabajo a realizar es la unión de los distintos elementos que componen la construcción. El hecho de realizar la mayor parte del proceso de construcción de un modo industrializado conlleva varias ventajas.

La primera es que permite una mayor calidad del producto: “la mano de obra es más calificada en la industria que en el sector de la construcción y además en la industria las mejoras son constantes no como en el ámbito de la construcción donde se prima más reducir costes”, afirma Batlle. Por otro lado, los materiales, al estar en una fábrica o nave, no están expuestos a las inclemencias meteorológicas y una vez en el lugar de la obra al ser muy breve el periodo de construcción el tiempo de exposición a condiciones climatológicas adversas se reduce a unos pocos meses. Otras de las ventajas de la industrialización de la construcción son el menor riesgo de accidentes laborales en la obra, y la menor generación de residuos, la mayor parte de los cuales se quedan en la misma fábrica donde en muchos casos son reaprovechados.

Una de las ventajas más atractivas es el menor tiempo de construcción. La rapidez del montaje acorta el tiempo de ejecución de la obra, en algunos casos a la mitad. Es principalmente por esta última ventaja que el sistema ha sido tan bien acogido por la administración pública catalana que ha visto con la prefabricación la solución a la falta de escuelas y de viviendas protegidas. Es también por este motivo que la prefabricación es un sistema ideal para la construcción de cualquier tipo de equipamientos ya sean públicos o privados en los que el tiempo apremia.

El caso IKEA

En el sector de la vivienda, la prefabricación es también una buena opción a tener en cuenta ya que cuando ésta resulte más económica, las viviendas prefabricadas serán ideales para el colectivo de personas de bajo poder adquisitivo que actualmente no tiene acceso a la compra de una vivienda digna.

Ikea, la multinacional sueca líder en el mercado de venta de mobiliario a un precio accesible, lleva ya años comercializando con mucho éxito viviendas prefabricadas en Escandinavia y ahora lo hace también en el Reino Unido. Estas construcciones, llamadas BoKlok (que en sueco significa casa elegante), están hechas de madera y cada apartamento tiene entre dos y tres habitaciones. Su coste ronda los 150.000 euros, lo que según la empresa supone un ahorro del 20% en comparación con una casa tradicional del mismo tamaño. Estas viviendas están pensadas principalmente para colectivos como madres solteras, gente mayor que se quiere mudar a una vivienda más pequeña y gente joven que quiere acceder a su primera casa. Esta iniciativa todavía no ha llegado a España pero tal vez podría ser una buena solución al actual problema de acceso a una vivienda digna.

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