Aún con el riesgo de parecer ‘antiguo’ (calificativo que siempre puede caer sobre nosotros por parte de algún replicante sin historia), me sigue asombrando la facilidad con la que el grupo Archigram se desarrolló y creció, y la importancia que ello supuso para la historia de la arquitectura contemporánea. A partir de ese ‘hostigamiento de base’ tan querido y próximo a los años 60, y formado por unos arquitectos jóvenes y rebeldes, su principal efecto al principio fue el de irritar a unos pulcros, aburridos y arrogantes compañeros de profesión que llenaban los estudios de Londres. Los Cook, Warren, Crompton, Greene, Herron y Webb, en el año 1961 y desde la metrópolis londinense, inundaron el panorama arquitectónico de imágenes tecnológicas de gran impacto y entroncaron directamente la tradición de las utopías arquitectónicas con un desarrollo real y constructivo que no tardaría en hacerse realidad.
El arquitecto Peter Cook.
Archigram no buscó convertirse en un fenómeno de fama mundial, pero tenía fuerza. Y probablemente de ‘fuerza’ sea de lo que haya que tratar en el vasto y múltiple panorama de la arquitectura actual. Algunos arquitectos hemos tenido la suerte de escuchar y de comprobar la ‘fuerza’ del fenómeno cultural y arquitectónico que representa Peter Cook, con 62 años ya cumplidos.
Algunos arquitectos no estamos seguros de si admiramos del todo sus escasas y complejas construcciones, pero, ciertamente, alentamos y aplaudimos lo llamativo de sus propuestas, lo claramente expresivo de su arquitectura. Lo preferimos mil veces a esas terribles arquitecturas indecisas y meticulosas que siempre están mirando por encima del hombro, para verificar que están en el camino de lo ‘políticamente correcto’.
El grupo Archigram tuvo conciencia de su vanguardia en Europa, se sentía integrante de una corriente iniciada por Mies Van der Rohe, Gropius, Taut y Le Corbusier, y que se continuaba en los CIAM y en el ‘Team 10‘. En la revisión actual que podríamos hacer de este fenómeno, destaca la constatación de una profunda motivación, una fuerza interna para realizar cada trabajo sabiendo que no se está haciendo lo correcto en absoluto.
El fantástico edificio del Kunsthaus de Gratz.
La arquitectura europea, y en concreto la española, siempre están bajo el peligro, en general, de una terrible rigidez, producto de una ideología hiper-racionalista y de una preocupación exagerada por la tradición, por lo que Archigram y Peter Cook siguen siendo un símbolo de desafío contra todo ello, un símbolo consistente en saber animar a los arquitectos a descubrir que es posible innovar y volver del revés un programa, desafiar las tradiciones y las inhibiciones de cualquier índole. El ‘efecto Archigram’ ha sido creado para infundir un estado de ánimo optimista que no se preocupe en buscarle justificación a los trabajos, independientemente de sus resultados.
Arquitectos como Peter Cook se siguen enfrentando, por su propia naturaleza, a un cierto proceso de ‘estrechamiento’, en el que si llegáramos a entrar, nos crearíamos nosotros mismos un falso sentimiento de satisfacción hacia lo que ocurre, sintiendo de inmediato que no existe ya la necesidad de buscar más puntos de referencia que aquellos con los que están de acuerdo ciertas ‘autoridades’ escogidas (costumbres, personas inteligentes, buenas causas o similares). Esto siempre sucede en lugares que poco o nada tienen que ver con el verdadero carácter metropolitano, y donde el verdadero problema es la escasa consistencia que existe en todos los aspectos de la vida cotidiana, la ausencia de una amplia gama de líneas narrativas a todos los niveles.
El estadio de Londres 2012.
La experiencia humana que alientan personajes como Peter Cook y el conocimiento al que dan cuerpo tiende a una concepción del mundo no perfeccionada y estática, no generadora de geometrías puras y no consciente del todo de su propósito. Y es que estas antiguas epistemologías nunca podrán racionalizar el apabullante principio biológico del cambio, que es continuo y constante.
Peter Cook representa una diversidad imprevisible y continua, característica fiel de lo viviente. Peter sigue siendo ese niño travieso que nos sigue recordando lo que de lúdico y creativo posee la arquitectura, construida o no. Su fantástico edificio del Kunsthaus de Gratz y sus últimos proyectos, tanto el de viviendas para Madrid, como el Estadio Olímpico para Londres 2012, así lo atestiguan.
(En 2002, el Royal Institute of British Architects concedió a Archigram la Real Medalla de Oro de la Arquitectura. En 2004, Peter Cook fue seleccionado para el Premio Stirling y en 2007, se le nombró Knight Bachelor en las distinciones ‘Cumpleaños de la Reina’.)
Por JAVIER BONED PURKISS*
* Javier Boned Purkiss es doctor arquitecto y uno de los miembros de la incipiente escuela de Málaga.