La Plaza de España de Sevilla y sus alrededor están en rodaje de las escenas de la película ‘El Dictador’ (‘Finchley Dreams’, en inglés), dirigida por Larry James y protagonizada por Sacha Baron Cohen, Megan Fox y Sir Ben Kingsley, entre otros reputados actores.
Dirigida por Larry James, amigo infatigable de Cohen en sus disparatadas comedias, en esta ocasión se juntan para un documental ficticio. Versa sobre un tirano que lucha para que la democracia no llegue a manos de su pueblo. Con la búsqueda de caricaturizar lo que significa una dictadura, esta sátira está inspirada en la obra ‘Zabibah and the King’, escrita por el ex dictador Sadam Hussein. Una trama acorde a los tiempos que corren, a tenor de lo vivido en los últimos tiempos en Irak y, más recientemente, en Libia. Como complementos en el reparto estarán la exuberante Megan Fox y el refutado Ben Kingsley.
Pero el lugar escogido, el simbolismo de la plaza y el palacio no es un simple recurso casual.
El término "plaza" en lenguaje castrense, es equivalente a "ciudad", y está en muchas expresiones convencionales (sentar plaza, mando en plaza, plaza fuerte…).
Desde los orígenes la plaza ha constituido un órgano biológico de la ciudad, incorporado a la vida de la comunidad como su espacio más convocante. Desde que en la prehistoria, las chozas de la tribu se agruparon en círculo, el espacio central empezó a cumplir la función de escenario de la vida comunitaria. Mucho después se incorporaba a la plaza una actividad principal, el mercado. Sus símbolos fueron la fuente de agua, y el monumento. La plaza funcionó, siempre como patio urbano y atrio de los edificios más representativos de la comunidad.
El origen de los primeros ensanches a modo de plaza en Sevilla se debían a las necesidades propias de los primeros invasores franceses que encontraron tan angostas sus calles y lugares que decidieron abrir allí donde los propios dominios y demostración de fuerza fuera una forma de imposición de poder. Las primeras de poca envergadura fueron en el renacimiento y en perspectiva de determinados palacios sevillanos.
Pero fue con la demolición de los primeros conventos cuando en verdad los espacios comenzaron a resurgir en el centro de la ciudad: San Pedro, el actual Parasol (Plaza de la Encarnación), Plaza Nueva, los paseos y baños que tanto han hecho por el ocio de la ciudad. El rio, los ensanches de la Avenida de la Constitución, Jardines de Cristina y por fin la Expo del año 1929 en Sevilla. Cuando se completo la obra regionalista de Aníbal Gonzales. (estatua a la Izq. de la foto)
A partir de aquí se marca un doble hito, la plaza como lugar de celebración de los actos militares. Capitanía se encuentra en el frente y la concordancia de diversos factores que hacen de la arquitectura cómplice del poder. Frente a frente y en medio el escenario de El Dictador.
La Plaza de España constituyó el proyecto más emblemático de la Exposición Iberoamericana del año 1929, fue proyectada por el arquitecto sevillano Aníbal González. Puede resultar asombroso cómo una ciudad en situación económica difícil en esos años, se embarcó en un proyecto de semejante magnitud. Algunos aspectos del proyecto suscitaron algunos rechazos, la Academia de Bellas Artes se opuso a la altura prevista de las dos torres que podían rivalizar con la Giralda y Forestier, diseñador del Parque de María Luisa rechazaba la construcción de la ría que rodea la plaza, para una ciudad con gran escasez de agua como Sevilla.
La plaza de España ha sido utilizada como escenario de algunas películas conocidas, entre ellas: En las películas Lawrence de Arabia, la plaza representaba el cuartel general del Ejército británico en el Cairo y en Star Wars Episodio II: El Ataque de los Clones de la saga de la Guerra de las Galaxias, la plaza representa el planeta Naboo, aunque el escenario de la filmación fue modificado digitalmente.
Hoy es un lugar para representar la sátira de aquello que ya conocemos sobre la dictadura de los estilos, los cánones de belleza impuestos, la demostración de poder y la sumisión de las masas. En realidad un nuevo foro en esta era democrática con el apelativo limitado por su capacidad de transformar la realidad en hechos contundentes.
Pero es que una plaza es un lugar de representación, un escenario por donde se deja ver todo lo bueno y malo que circula, aquel que se deja encontrar y la confluencia de estilos o afinidades.
Nunca mas que hoy la sensibilidad entorna el símbolo de libertad como bandera de unión entre ciudadanos contra la sátira que representa el poder.